Los primeros nueve meses

¡¡Cómo pasa el tiempo!! Se siente como si ayer todavía faltaran nueve meses para que naciera, pero Darío tiene ya 25 meses. Casi los que he tardado en darme cuenta del tiempo que llevo sin publicar nada en el blog.

Además de la consulta y los cursos de formación, estar en familia, poder pasar tiempo con Nora y Darío ahora tan pequeñitos es un gran regalo del que disfruto todos los días. Verles crecer es algo que me maravilla día tras día.

En consulta, me siento muy afortunado de poder apoyar a los más peques, a los recién nacidos, pues, entre otras cosas, me recuerdan como eran Nora y Darío… Es cierto, olvidamos tan rápido… Aunque, por otra parte, ¡los niños nos hacen vivir constantemente en el presente!

Una reflexión durante este tiempo para la consulta de infantil es sobre la importancia que tienen los primeros nueve meses. No los de después del nacimiento sino los de antes. Los nueve meses que pasamos en la tripita de nuestra mamá. Los nueve meses de embarazo que para algunos no llegan, otros se pasan, para unos es como el paraíso, para otros una odisea, y para muchos una mezcla de ambas en diferentes momentos o todo a la vez.

Siempre contamos los años desde el día en que nacemos, como yo mismo acabo de hacer con Darío. Sin embargo, nos olvidamos que llevamos ya nueve meses en este mundo viviendo en condiciones muy distintas: flotando, calentitos, desnuditos, comiendo a placer… Y, mientras vamos creciendo, los cuerpos de nuestras mamas van transformándose.

captura-de-pantalla-2016-12-29-a-las-13-22-48En esta transformación suelen aparecer ciertas molestias, dolores de espalda, de pelvis o estreñimiento, reflujo, dificultades al respirar… Pues el espacio que va ocupando el bebé va dejando menos espacio para los pulmones, el estómago, los intestinos…

Son problemas de convivencia, sólo que, a veces, se convierten en un aquí no hay quién viva…

Aunque no es necesario tener que sufrir molestias durante el embarazo para venir a la consulta, desde la osteopatía, la terapia craneo-sacral, la manipulación visceral, la fasciaterapia se puede facilitar que el cuerpo de la mamá se mueva mejor. Además de permitir que la pelvis se mueva libremente, lo que ayudará en el momento del parto.

En los últimos meses de convivencia es posible ayudar a dar espacio en la tripita de la mamá, que es “la casa del bebé”, para que éste se pueda mover con mayor libertad. En algunos casos, se puede conseguir dando este espacio para que el bebé se gire y encuentra la posición óptima para el parto.

Las sesiones con las mamás embarazadas son muy agradables y en ningún caso son técnicas agresivas, ni para el bebé ni para la madre. Todo lo contrario, buscan, en todo momento, el bienestar de ambos. El acercamiento desde la osteopatía siempre es global, mejorando el estado de la madre se puede influenciar de forma importante el bienestar del bebé y viceversa.

Combinando alguna sesión que otra de osteopatía con yoga, pilates, la piscina, el gimnasio, caminar… Se puede favorecer mucho el bienestar de la madre. Sin olvidar que el tiempo para estar, sencillamente estar y disfrutarse, sin tener que hacer nada, es también igualmente importante y valioso.

En Fascia Integral cuidamos de lo que más te importa. Contacta conmigo si quieres cuidar de ese pequeñín que se está formando.

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